jueves, 29 de diciembre de 2011

Entrega tarjetas de presentación

Como tengo 7,le daba una a A. Y a otras personas que no recuerdo o no conozco. Comentaba mi teoría de que tal vez ese psicólogo freudiano pudiera ser tan bueno que quiera leer este blog.

Con mamá comprando

íbamos a un mall,comprábamos comida cara, sólo era cara porque estaba cortada con cuidado.

martes, 20 de diciembre de 2011

Entorno festivo

Existen ciertas reminiscencias de payasos. En especial de Cepillín. Había hijos de Cepillín, con el mismo maquillaje, mitad blanco, mitad negro.
Mi papá ya había terminado de comer, se había levantado de la mesa y se había ido. La mesa estaba en la cocina de mi abuelita Coco. La fiesta estaba por terminar, sólo quedábamos mi tío Lalo, su esposa y yo. Comíamos tacos de carne y la salsa estaba en tazas transparentes. La salsa tenía mucho cilantro. Cuando mi tío Lalo terminó de comer, fue a donde mi papá, diciendo que haría la oración del hombre repleto. No me causó gracia. Pienso que se le acabó la chispa que nunca he tenido.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Congreso en Filo y aventura nocturna

En un congreso de filosofía en Filo. Sonia hablaba algo sobre el maíz. Decía que veníamos del maíz y hacía las manos como que se abrían las hojas de uno. Luego no sé si yo o alguien más vomitaba, y en las gradas alguien empezaba a tirar espaguetti para tapar la vomitada. Aquí va otra cosa que no recuerdo, pero sí había playeras graciosas.
La aventura nocturna se trata de que David me acompañaba a buscar dónde cortarme el pelo. Mi mamá se había quedado en el centro, pero nosotros cruzábamos todo Revolución. Por el Hotel Posada del Sol, decía que Marco se quedaba ahí. Decía algo de que un jefe, o se queda con la idea de un jefe. No sé, estoy confundida. Lo que sí es que llegamos a Soriana Revolución y yo le decía que ahí, mientras alguien nos invitaba a seguir la dirección contraria.

La Virgen de Guadalupe

Estaba cantando la de "Desde el cielo bajó..." y me traicioné con la broma de una caguama, me dio risa y me sentí culpable al mismo tiempo. Después estaba frente a la imagen y rezaba y rezaba con un papel que estaba ahí. Alguien más estaba, pero no me acuerdo quién. Afuera se me hace que estaba mi familia.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

No!

La muerte del padre... ¡no!

Escuela en Alemania

Estaba ahí Liza. Yo trataba de comunicarme con el rudimentario alemán que no tengo. Después, me encontraba a B. Había un patio y un tendedero, un patio como el patio viejo lleno de blocks con cemento. Luego un aula grande, vacía. Telepáticamente me ponía de acuerdo con B. para "conocernos" en el sentido bíblico. Ambos teníamos esa fiebre perniciosa. Sacaba una tira de profilácticos sabor fresa, eran cinco o seis, desesperado. Me contagié de su desesperación y abrí uno con los dientes. Entraba un maestro con sus alumnos, se parecía al profe I. Como nos sorprendió con la ropa a medio quitar, me fui rápidamente al otro lado de la habitación, vistiéndome. Él explicaba que siempre le tocaba descubrir a las parejitas. No lo sé, pero creo que mis primos estaban también ahí.

lunes, 5 de diciembre de 2011

De compras con A

Me medía una chamarra gris con piel de borreguito adentro. Ella también se medía otras cosas. Los probadores tenían espejos en las puertas. Yo caminaba hacia otro mostrador.

domingo, 4 de diciembre de 2011

En mi colonia

Me encontraba a primero una persona que pasaba cantando la rueda de San Miguel, del lado de la vaquería de los 300. Cruzaba a la Av. Valle oriente y también había otra persona cantando la rueda de San Miguel. Al entrar a la vaquería salió mi tío Juan manoseando un elote tiernito. Alguien estaba a mi lado, creo que era mi hermano. Llegué a mi casa y enfrente había un grupo de cholos, con sus cabezas llenas de gel. Entré y cuidé a un bebé. Le daba jugo de frutas y pedacitos de frutas.
Luego vi a Fer y a Paty, yo le decía a Fer que había piedritas de colores, con las que se hacen los collares, dentro de unas cactáceas. Abría unas y se las enseñaba. Dentro de una había pelusita y le soplé. La pelusita cayó sobre la bebé que estaba cuidando, pero dejó al descubierto un girasol enorme. Besaba a la bebé, que ya era un monigote de casi un metro.
Finalmente veía los Simpsons, un capítulo donde no estaba Maggie.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Viaje II (o III)

Iba a viajar a Torreón. No sé por qué fui con Toño y él estuvo de acuerdo, pero luego dijo que prepararía una fiesta para los compas y me dejó con su familia, sus hermanos fueron muy amables y todo, su mamá también. Ella incluso me preguntó algo de la maleta, que le contesté con mi forma de ser. Había una tele y tierra y vi a Toño irse. No me entristecí porque hubiera una fiesta y él no me hubiera invitado. Ni siquiera porque me dejó ahí. Yo tenía qué irme, ése era el punto.
Paralelamente, mi papá y Marco también estaban ahí. Tal vez fue por una de las primeras veces que viajaba a Torreón y Marco me acompañó, me sentí estúpida porque el camión no venía y me hizo preguntarle a los que llevaban el letrero de Matehuala, San Luis Potosí, etc. Lo que me sorprendió es que preparara el viaje de dos formas diferentes y SIMULTÁNEAMENTE.

sábado, 26 de noviembre de 2011

En mi cuarto

Desperté y me di cuenta de que era presa. Buscaba un lápiz gordo, el que traje de Estados Unidos con dibujos de Mickey Mouse. Luego una bolsa de plástico. Afuera, la colombiana jugaba al volleybol con unos chicos. El día era soleado. Un pensamiento espeso en mi interior.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Un parque de diversiones con comida

Papá, mamá, hermano y yo entramos a un parque de diversiones. Era como un día de campo organizado para diez familias y en todas las mesas, que eran 10, había cazuelas con guisos y tortillas. Yo les decía que se apuraran, que había bastantes cosas qué probar. Alcanzamos milagrosamente en una mesa algunos guisos, había primero cuatro niños, después nada más eran tres. No sé cómo nos acomodamos, pero cupimos los cuatro y los niños en una mesa cuadrada. Las cazuelas eran cuatro también, o tres. Al final sólo quedaba una de asado. Yo le decía al niño que todavía quedaba para un taquito y se lo hacía. La tortilla se despedazaba, entonces le ponía otra tortilla un poco más doradita y el niño me decía que no quería.
Terminando de comer, ya todos se habían ido. Creo que los niños iban detrás de nosotros o no, no me acuerdo bien. Pero enfrente estaba todo vacío, puros botes de plástico vacíos y yo quería recogerlos todos.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Una bruja muy difícil

Tenía mi máscara y mi capa de invisibilidad. Me acerqué al laberinto para hablar con la bruja, pero en un momento, choqué con una de las paredes cubiertas de felpa o alfombra, no sé. El oso guardián olisqueó, la bruja estaba ya al tiro. Lo mandó a buscarme, yo tuve miedo y me regresé. Creo que sí le alcancé a susurrar, eso fue lo que la asustó. Había otra entidad ahí en el laberinto. Creo que era yo o alguien parecido a mí. Alguien que sacó sus lentes de la verdad. Era Orestes. Pero yo ya estaba muy muy lejos de ahí.

martes, 15 de noviembre de 2011

Air Supply

Estaba en el concierto de Air Supply. Luego lo estaba viendo desde mi casa. No vendieron butacas de las de atrás, más que a algunos individuos que no alcanzaron enfrente. Le hicieron zoom a la cámara y grabaron a dos o tres viejitos. Me di cuenta que en el concierto había muchos que eran ancianos.

martes, 8 de noviembre de 2011

Peces prehistóricos y escuela primaria

Estaba en el hospital, y mi tía Paty o Sol se subían conmigo al elevador. Me decía: "Cuidado, reina, esos son desechos biológicos". Me retiraba asustada de un bote rojo donde salían agujas. Ya tenía el pelo largo. Luego, bajaba al piso donde mi tía Paty había logrado multiplicar unos peces prehistóricos. No era a partir del ADN de los peces, sino que utilizó un ADN cualquiera y surgieron esas criaturas. Eran como una lubina, pero la boca redondeada, con un cerco de colmillos y unos ojos como palpos de tarántula. Los ojos eran asquerosos, estoy segura de que esos peces estaban ciegos. Mi tía los agarraba como si nada, eran unos 10 o 15 peces.
Después estaba en la escuela primaria "España". Teníamos un curso de verano y en la cabaña había una cama. Yo me recosté, las ventanas tenían cortinas rosas con encajes y el edredón era rosa con beige. Llegó David J. y se sentó a mi lado. Platicamos, hasta que escuché mucho guato o me aburrí ahí dentro, entonces salí. Los niños estaban lanzando globos con agua. Otros globos estaban llenos de harina. Ahí estaba Karla y Karina. Yo les conté lo que vi de los peces prehistóricos.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Corte de pelo

Vivía en Santa Catarina, bajé a la avenida (donde estaba la alberca y los trampolines para echarse clavados). Quería cortarme el pelo, así que entré a la estética donde estaban dos muchachas de la clase baja. Una gorda y otra delgada pero chola. La gorda me hacía sentar en una silla y me llenaba el pelo de un agua azul rara. Me lo agarraba todo en un puño y me lo empezó a despuntar todo junto. Luego volteó a ver la novela en la t.v. y ya no quería cortarme el pelo. Me enojé. Dijo que si no me gustaba me podía ir a otra estética. Eso hice, aunque ya era tarde y no sabía dónde estaba otra estética abierta. Subía por las calles, que eran como las de Durango, Zacatecas, Guanajuato, la Durangüeña, etc. Una viejita me decía que en la esquina había una estética. Me encontré en el camino a A de aburrida y me acompañó. La chica tenía un recibidor verde con cuadros oscuros y música a alto volumen. Me pasó a la trastienda y me hizo un corte de pelo bonito. Era muy callada. Dedicada a su asunto de cortar. Era yo, tal vez.

Me llevaban a comprar ropa

Mis papás me llevaban a una boutique a comprar ropa. Había falditas de tutú, de color verde limón y rosa y con muchos brillos. Decía mi papá: "Parece que llegó ropa nueva, ¿no?" Yo trataba de seguir viendo y escoger algo que no fuera ridículo o caro. Mi mamá me seguía. Luego llegué al otro lado de la tienda, había muchos juguetes para niña, casi no había ropa. Encontré unas playeras DI-VI-NAS, de Mickey Mouse, tomé una y me la medí, me quedaba muy bien, pero costaba 700 pesos. Una playera de ese precio, Dios, no. La dejé. Creo que traía otros trapos en la mano, la verdad no me acuerdo. Sólo recuerdo que andaba toda apurada. Nunca me ha gustado ir de compras con mi papá.

martes, 1 de noviembre de 2011

Acantilado y prostitución

Iba de vacaciones a un lugar parecido a la Patagonia, pero estoy segura que estaba para el norte. Tenía qué ser Groenlandia, Alaska o algún lugar de Canadá. Iba con mi familia, unos tíos y primos. Llegábamos al acantilado y yo me metí al mar verdoso. Me preguntaban que por qué me había metido ahí y les explicaba que en otra ocasión, llegué a la misma altura y no había agua, ahora estaba confundida porque arrivé al punto, pero el agua me llegaba a la cintura.
El hecho de que fuera un acantilado lo hacía delicioso. Estaba mi Alex P. Luego Cristian me pedía que le comprara una biblia. Yo le decía que le prestaba el dinero, le vendían la biblia en partes o él me pagaba en abonos o algo así.
Regresando, me enrolé en las filas de las putas. Era un prostíbulo norteamericano al estilo sesentero. Me ponía una minifalda, no sé si amarilla o café y un bra rosa. Luego me fui a un privado, que parecía más un probador. Entre la tela y la pared, veía a las otras chicas y una de ellas me decía que me regresara al salón principal, que todavía no me tocaba estar ahí. Me metí a un salón así como andaba vestida, estaban proyectando una película, todos los chicos de prepa me veían y yo andaba como si nada.

sábado, 29 de octubre de 2011

Estaba en mi casa

En la de ahorita. Sonaba el teléfono y yo lo contestaba. Bueno hubo uno que era mi pretendiente, cuando entró a la casa, yo lo santigüé. Luego se fue, me llamó diciendo que era el chico al que había persignado. Me preguntó que por qué hice eso, lo confundí y enamoré y ahora está loco.
Luego salí y recogí un paquete y una mariposa moribunda. Ésta tenía unos colores bien extraños, hermosos, conforme la movía cambiaban. Había seis o cinco chicas que entraban conmigo, veían todos mis movimientos cuando recibía la llamada de mi pretendiente.
Tenía qué salir a algún lado. Me dijo que dejara el celular y todas las mugres, y también que era pasando un puente. Tuve miedo.

jueves, 20 de octubre de 2011

ay, no manches

Rentaba con Bernardo. Había unos dinosaurios de juguete gigantes. Estaba la cama, el baño. Me dormía en mi cómoda cama matrimonial. No sé si mis papás me visitaban o no. El punto es que entraba una mujer con dos niños. Una niña y un niño. Sí me dijo los nombres pero a mí se me olvidaron. Al menos el de la niña. Luego dijo "yo soy escritora, traductora, artista y poeta". Y yo le contesté: "pues, yo estudié letras y poseo una caja llena de lápices".
Después me fui a comprar ropa a Walmart. En la orilla estaba la ropa azul marino revuelta la de invierno con la de verano, pero al final estaban dos cubículos y en uno de ellos estaba el papá de Sin Chiste A. Quería integrarme a un grupo o venderme algo (una idea, quizá). Yo me negué y me intenté despedir con la mano, pero el se negó a su vez y al final la sacó, era gigante e hinchada, con yeso y pedazos de músculo en descomposición.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Otra vez con Toño

Bueno, creo que se quedó en el fondo de mi chompa. Invitaba a mi hermano, a Paty, a Karla, a Fer, a alguien más a mi casa. Conmigo vivía Toño. Era una casa medio fea, un día nubladón. Estaba el piso húmedo y había desorden y parecía una casita de clase media baja. Toño salía corriendo, me preguntaba que si no iba a ir a la fiesta. Yo pensé que era en la casa, Toño. No, es en mi otra casa, respondió corriendo calle arriba o abajo, lejos. Me dio mucha pena con mis invitados. Se hizo de noche y alguien me llamó a mi cel. Recordé esas cadenas que te avisan de posibles peligros. Le contesté y alguien con voz rara me dijo que había secuestrado a... colgué, tal y como venía en los avisos. Pero en lugar de colgar, oh, sorpresa, apreté un botón que descargó pornografía en mi cel. Se lo enseñé a mi papá y a mi tío Lalo.

martes, 11 de octubre de 2011

Estaban los dos

Me acuerdo que me puse bien borracha. Normalmente cuando te pones borracha, no recuerdas nada, en este caso igual. No hay otra cosa en mi cabeza más que la pregunta: ¿por qué AHORA? Eran dos, no sé si fue culpa de la duermevela, pero estaban Ever y Chucho. Yo hablando puras tonterías, como cuando estoy pasada de copas, como siempre, sin embargo, en guardia. No quería perderme y morir/dormir. No les tenía confianza a ellos. Todavía no.
Luego estábamos en alguna fiesta. Se me hace que me dormí y estaba soñando. O se me hace que me embriagué mortalmente otra vez, pero sé que estaban los dos: tú y tú. Te recuerdo a ti, de ti sólo presentí tu esencia cerca. ES que me dormí con ganas de abrazarte, aunque ya no te quisiera. Despertaba y decía: "Vamos a ver las fotos que tomé anoche!". Y en una, la más interesante de todas, vi la panza de una tarántula con súperzoom.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Clase de medicina y Julio y Zarely

Estaba en un tercer piso, acabé mi clase de medicina. Después de cruzar a un pasillo, llegué a un cuarto que era como una estancia llena de lockers. Metí una llavecita y adentro, aparte de un montón de cosas, estaba un vaso con agua. Tenía ahí cerca de tres años, según yo. Me dio un poquito de asco, pero aún así me lo llevé. Salí a la luz, parecida a la del Cervantes. (Ahora que recuerdo, sí me gustaba estar ahí).
En otro orden de ideas (siempre me ha gustado esa frase), estábamos Zarely y yo sentadas en una esquina. Éramos unas pequeñas zorras de 14 y 13 años. De noche, claro. Llegaba Julio y nos decía que un grupo estaba tocando en la placita. Yo lo volteaba a ver directamente al rostro. Julio, la loca.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Cubo de cristal

Estábamos alrededor del cubo de cristal, sentados. Tú y L. platicaban, me señalabas. Ya más tarde organicé esa reunión para contar cuentos de miedo y aparecía el jinete sin cabeza, que en realidad era un espantapájaros y no me acuerdo bien, pero creo que lo golpeaba y se sentía como un muñecote relleno de guata o algo así.

Una Argentina y unas bicicletas

Salía de una casa de allá de Argentina o de la Durangüeña limpia. Estaba ahí mi primo ChCh, me enseñaba unas bicicletas. Era esa felicidad de abrir los regalos en Navidad.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Es simbólico y raro

Era 1938 o 1940. Me escondía con tres niños judíos detrás de un carro quemado, en un garage, mientras un soldado alemán de 40 años estaba buscándonos. Cayó una bomba o una granada y desapareció al soldado, mientras nosotros corríamos.
En un segundo momento, yo era una novia a la que estaban cortando. No sé por qué, creo que siempre tiene qué ver con una traición. El novio mío me daba en señal de desprecio un ataúd cuyas paredes eran de cristal, aunque la tapa de madera. Estaba lleno de frijoles rotos. Yo le había compartido la felicidad de tirarnos por una planta gigantesca al lado de un barranco.Nos deslizábamos con un vértigo delicioso y caíamos en las ramas. Aunque le había compartido mi secreto y estaba un poco triste por ello, pasaba un tiempo y ya estaba en una cocina medio oscura, estaba mi abuela y Mary. Y les contaba eso del ataúd de frijoles rotos. Me daban ganas de ir al baño, subía una colina y ahí estaba el restroom. Había dibujos de perritos Schnauzer con alas, como los que salen en la película. El papel del baño estaba sucio.

Libros, piña colada, George W. Bush

Mario y yo íbamos a una librería. Terminamos de ver y salimos, estábamos en la Alameda de Torreón, en la parte oeste cerca de la fuente. Mientras estábamos caminando, veía unos libros solitarios. Nos acercamos y Mario dijo que eran como muestra gratis. De los que me acuerdo eran un verde y una biblia blanca, muy extraña: con palabras en negritas repetidas, casi como si fueran subtítulos. Le comenté que estaría chido nos fuéramos a los libros usados. La avenida era una combinación de Morelos (de Torreón, y la perpendicular por donde está Cimaco) y Guerrero (de Monterrey). Desde donde veníamos podía ver el Palacio Municipal (Torreón), la explanada alta en la que se estaban bronceando unas rubias en bikini con sus lentecitos de sol. A Mario no le llamó la atención. A mí sí, porque incluso tenían un resbaladero. Una fiesta de Acapulco en la azotea (del Palacio Municipal, jajaja). Les tomé foto o video, no me acuerdo. Entramos a la librería de los usados y nos fuimos a la última sección del primer cuarto. Yo estaba buscando un libro de Ibar... something. Luego Mario me señaló un decreto gigantesco, casi como la copia de la Constitución de Estados Unidos. Yo lo que quería era tomarle foto a la orilla, que estaba llena de hongos, y demostrar lo peligrosos que eran los documentos antiguos. Pero Mario me insistía en que apreciara el contenido: trataba de que los papás se resistían a cuidar a niños malvados, en resumen, que no los querían. Pero con el lenguaje de abogados.
Nos movimos a otro estante y estaban los libros de apoyo a estudiantes de secundaria. Unos delgaditos. Leía yo los títulos: La Ilíada, La Ilíada, La Ilíada... Le decía a Mario: Vente, vamos a ver qué hay de este lado. Pasamos a otra habitación, era una papelería. Estaba la que yo creía que era hija de Cerda. Muchas reglas y escuadras y compases. Anduvimos varios pasillos y los pasillos de reglas y compases se duplicaban. Se triplicaban. Lo único que me llamó la atención fue una cajita rosita y descuidada, toda maltratada, que contenía una cosa de plástico para guardar el borrador, el sacapuntas y puntillas y así. La papelería parecía extenderse tanto como una bodega de Home Depot, y ya lo era, de hecho, veíamos podadoras y aspiradoras y un pasillo de muñecas y patines.

En un momento diferente, estaba yo con algunas chicas de mi generación de secundaria, yendo en fila por un camino terregoso, al lado de un barranco, donde había puros restaurantes exclusivos para la clase media, media alta y alta. Íbamos en busca de unas piñas coladas deliciosas. No me acuerdo si las conseguimos o no, pero en la penúltima casa tenía que entrar y ahí estaban la secretaria, la capturista, mi mamá y, al parecer, el ex-presidente George W. Bush. Recuerdo que mi hermano y otro muchacho estuvieron presentes algún rato, porque me acuerdo que mi mamá nos preguntó a los tres que qué queríamos de tomar o quizá él estaba ahí durante el tiempo que me trasladé de la fila de buscadoras de piñas coladas a la casa. Digo casa pero era una mansión muy grande, aunque de adentro parecía de la Merced II: una habitación para la sala, comedor, cocina, un baño chiquitito (donde estaba George W. Bush desde hace rato) y un espacio atrás que no vi, porque me daba gusto que mi mamá estuviera en la mesa con la secretaria y la capturista y conmigo. Obviamente empezaron con sus nacadas, pero la secretaria se contuvo y eso fue sorprendente. Lo atribuyo a la presencia de mi mamá, porque George W. Bush seguía en el baño. Mi mamá nos había dado a escoger qué bebida queríamos de tomar, yo le respondí que "Naranja", y me dio una muy naranja, pelada y congelada.
En eso vi por la ventana que venía una rubia muy voluptuosa y sexy con su novio que parecía un muchacho mexicanito de la clase media baja un domingo o viernes por la tarde. El muchacho traía gorra y ella tenía un vestido totalmente entallado strapple y de minifalda, no me acuerdo del color, pero eso no importa. La rubia se acercaba a la casa, pero se devolvía riendo y se abrazaba al muchacho diciendo que le daba mucha vergüenza y que estaba muy nerviosa por la presencia del ex-presidente. Que supiera que nunca salió del baño... jajaja.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Mi familia

Fui feliz tomándoles fotos.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Que 15 de abril 2011

En un campo de fútbol. No sé, hacíamos ejercicio, luego estábamos en un cuartito B. y Alex y yo les decía que ellos tenían la culpa de prolongar esto. También le estaba enseñando a Alex algo que él tenía que aprender. Pero lo interesante es que fue la ruptura. Y que después de ella yo le continuara hablando a Alex.

martes, 20 de septiembre de 2011

Religión y salsa

En un rito religioso, al parecer cristiano. Reconocí a mi madre a tres personas de distancia. También estaba ahí Nancy, pero solamente saludaba a mi mamá y a mí no. Yo pensaba: "¿Por qué no me saludas, pendeja?" Formamos la rueda de San Miguel y un chico, conocido mío o mi hermano, se sentaba en el piso. Yo escogía bailar, era salsa, para mostrarle a él una muchacha. Es decir, yo la estaba exhibiendo.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Con B.

Entré a un pasillo medio oscuro. Se intercala esta onda con una escena sobre la Av. Ocampo, un mercadito, un camión, un pedazo de Reforma, ¿una sombrerería, quizá? No me dejaban pasar. Era un auditorio bien iluminado, parecía como un salón de una universidad cara, había computadoras y unos chicos empezaban a salir de la otra puerta. Cada quién agarraba su lugar y yo veía a B. La otra parte es que yo le decía a B. que yo le iba a enseñar algo. Entrábamos a una puerta al otro lado del pasillo y en la semi-oscuridad de lo que semejaba ser una biblioteca pública, en el rincón de una mesa cuadradita, con unos apilados de forma solitaria, le explicaba cómo eran los libros para niños.

martes, 6 de septiembre de 2011

Un mercadito

Estaba todo aglomerado. Av. Valle Oriente. Pantalones hasta el techo. Aguas frescas, antojitos, esa tortilla aceitosa con chile y otra especia. Mucha gente. Me pregunto si en realidad los conozco a todos.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Sueño erótico 2

Sándwich.

Duermevela de alumna con panties de encaje.

lunes, 22 de agosto de 2011

Mi tía necesitaba un cuarto

Entonces fuimos a ver donde yo me quedaba. También vimos el cuarto de Angie. Mi tía Chela se paseaba observando una cortina que antes no estaba, preguntando la renta y otras cosas. Yo le decía: Tía, por favor, ya no fume, usted en este futuro tiene cáncer de pulmón.

viernes, 19 de agosto de 2011

Instrumento para el talento de Silvia

Agarraba la mochila gris entre otras caras, una que costaba 400 o 500 pesos. ¿Sabes tú si era una montaña de mochilas o una tienda? Bueno, hacíamos fila e íbamos subiendo hacia algún lado. Me cayó el veinte que me había enrolado en el ejército, atrás de mí estaban Silvia y Nabil. Nabil le decía a Silvia: Al menos completarás para comprar ese (aparato, instrumento musical, caracola electrónica).
Silvia contestaba con su buena onda: Sí, ya sé.

jueves, 11 de agosto de 2011

Assault

Era Ruperto Martínez oscura. Salió un hombre de unos 30 años preguntándome por qué no seguía caminando por ahí. Traté de seguir por una calle que bajaba hacia la luz y el hombre me caminaba tras de mí. Tuve miedo. Mi mochila y mi bolsa negra eran como un botín bonito. Me extraña porque jamás había sido así, sino todo regido bajo el lema "No dependo de nada material, no dependo de nada material". La siguiente avenida estaba llena de luz y subiéndome al camión, me quitaron mi bolsa y otras cosas que traía en la mochila. Me bajé horrorizada. Era el bosque y estaba Manuel ahí, con un letrero de "Hey, Elisa" y había gente, familiares, mis padres, etc. que me apoyaban. Mi corazón seguía bombeando asustado.

Pie

Estaba roto. Era el derecho. Se había quebrado a lo largo, luego a lo ancho. No importa, lo tenía molido. No supe cómo había pasado, sólo que ya lo tenía así, y me dolía. Intenté llorar. Intenté caminar y lo arrastré y me asusté porque me había movido, cuando te quebras un hueso no te mueves y yo caminé. Vi que no era verdad después de todo, mis dedos con ritmo allá abajo, los cinco, parecían felices.

viernes, 29 de julio de 2011

Loco

Me metí a un desfile de gitanos y de cirqueros que iban caminando por Cuahutémoc en un día nublado. No sé que tan mariwas andaba que acabé debajo de la Macro y debajo del Edificio de los Médicos, desde el cual estaba Toño devisando todo el panorama. Dejé a los elefantes y a los payasos y acróbatas seguir su curso, con todo el ruidazo. Y ahí estaba hablando con Toño. ¿Por qué? No sé, pero, juntos vimos una fuente extraña y ahí estabas tú con tu pelo enmarañado hablando con alguien, tú con tus mismos ademanes de niño chiflado. Hubiera corrido a abrazarte, pero no te saludé siquiera.

miércoles, 13 de julio de 2011

En el baldío

Estaban torturando a dos hombres amordazados. Era un baldío al que se podía acceder por varias calles y ninguno de los vecinos parecía notar nada extraño. Vi dedos, pedazos de extremidades en putrefacción. A dos cuadras yo señalé uno de los tugurios fraudulentos. Era una pequeña cantinita y nos podían ver desde ahí. Había un letrero en el tercer piso, era borroso. Estaban Manuelillo, Elee y era el Hipermarth de noche. Fue tan extraño. Era esa nostalgia de vivir sólo una vez ciertos momentos hermosos.

En la casa de Toño

Iba a la casa de Toño, aunque la fiesta estaba arriba yo me quedé a dormir en una habitación en el segundo piso, estaba más grande que la de él, cabían dos camas matrimoniales y a la vez era una individual. Hay dos episodios, en el primero me encuentro a You-Know-Who, que también fue a la fiesta, se quiere dormir justo donde yo me acosté para no subir con la comitiva y roza levemente mi glúteo: yo armo un escándalo. Ahora, imagínate unos 40 minutos de reflexiones sobre el tema. Se traslapa con el episodio donde le robo a Monse su abanico negro y lo desmadro. Aparece Lali y me dice: no importa, Elisa, puedes componerlo con un alambre, mira, así: y me pasa un alambre dorado, pero el abanico queda horrible. Por la habitación de Toño pasa una viejita, esa escena me recuerda a la librería Iztacíhuatl.

Constantine

El mundo se estaba vaciando, teníamos que luchar contra Zombies, encontrar un libro que debíamos llevar a algún lugar. En algún punto, nos encerramos y Constantine nos salvó. Karina estaba en una casa extraña, creo que el niño también, ¿había uniformes de soldados? Los zombies eran geniales.

viernes, 10 de junio de 2011

Fayuca

Una colonia en un cerro. La fayuca estaba ladeada por culpa de la calle descendente. O ascendente. Paseábamos Ale, tú y yo. Todavía no te conocía y ya te había soñado. Ponías una mano sobre mi hombro. Tus lentes de sol. Tu pelo. Bajamos y había otra calle especial. Dos casas. En una vendían cosas como antigüedades chinas o japonesas, estaban sucias. En la otra había un comedor, como un restaurante pero era un comedor, liderado por un anciano. En la primera había una señora. Estoy confundiendo todo. Lo del campanario con el pozote en la tierra y la aventura de saltarlo, la fiesta en la cochera con aquellos pajaritos, las salchichas y esa luz del casi amanece pero nunca lo hará porque es de noche. Estoy confundiéndolo todo.

miércoles, 8 de junio de 2011

Sueño erótico

Estaba hablando contigo. Tú me preguntabas: ¿quieres ir a la casa a hacer el amor?
Yo dije que sí.

sábado, 4 de junio de 2011

Muy ecológico

Estaba rodeada de gente. Yo caminaba adelante de todos y venían platicando. Palomina bonita y otros. Parecía que estábamos por Las Torres. Había un campo de beisbol, se escuchaba música. Yo veía un cuadro de césped en la banqueta. Ahora, Pasábamos por un centro de... como las gradas que están en la deportiva. Como el auditorium. Bueno, empezaba a sonar como la voz de un anciano teniéndonos piedad, porque en sus tiempos el río era cristalino. Yo me metía al río. Simultáneamente tomaba agua desde la orilla. El río era café, gris, lodoso. Yo decía con un tono medio francés: El río Evr. (Qué miedo). Después cruzábamos un puente.
No estoy segura si es continuación de aquel bosque misterioso y negro donde me perdí. Lo curioso fue que recordara la cocina de mi casa. Ahí estaba mi tía Lulú. Decía que estaba arrepentida y que ya había madurado. Encima de la estufa creo que había pastel. No lo sé. Es todo tan nebuloso y perfecto.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Escena con algunos de letras

Un bar saloon como los del viejo Oeste. A decir verdad, pienso que ya lo había visto. Y de hecho yo vivía ahí. Mientras lo hacía, estaba casada con alguien y limpiaba muebles parecidos a los de Elia, donde estaba el Sonic.
Pero esta vez no era una casa del rancho. Era un bar. La disposición no era tan convencional, la habitación formaba un rectángulo, la entrada estaba justo en medio de uno de los lados más largos y había una barra en todo el fondo, con espejos y copas. Aparte de esta entrada, otra puerta lateral. Los bancos estirados. Ahí estaba concretamente José. Creo que hay una sombra de Mónica también pero no estoy segura. Entraba mucho sol y a través, podía ver la nube de polvo. Muy luminoso, campirano-desértico cordial.

lunes, 23 de mayo de 2011

Mi abuelo

En la mesa estaban dos hombres. Al parecer un primo mío o de mi mamá, de unos 25 o 30 años. Hable y hable y hable. Y un señor. El primo habló hasta que al señor le dio una especie de trombosis en los riñones. O al menos así lo definí. El abuelo se acercó y observó todo con su expresión. Ya sabes, la del hombre de campo.

sábado, 30 de abril de 2011

¿Qué pasó?

Estábamos en una reunión en una cabaña que parecía más el cuarto del abuelo en el segundo piso. Estaban los amigos, reconocí a casi los puros elementos femeninos, en especial a Ytzi. Me invitó a salir de la cabaña para ir al mar. Estando en la playa, nos arrimamos a un acantilado y las olas se acercaban cada vez más. Yo ya había entrado a nadar, pero en eso, una ola gigantesca nos apachurró contra la pared de piedra natural que me obligó a sacar mi mochila del agua, con apuro porque ahí tenía mi cámara. Luego Ytzi me subió a su carro y me dio un beso y me dijo que me tenía ganas. También me explicó que había reunido cierta cantidad, algunas decenas de miles de pesos y que estaba segura de que si yo aflojaba con todos, por qué no con ella que había reunido ese dinero. No es que me lo fuera a pagar, yo lo comprendí. Me dio mucha ternura y con la cabeza le dije que sí. Fuimos a la farmacia a comprar condones, estaban dos señoras escogiendo entre unos paquetes de shampoos o perfumes. E Ytzi sacó un paquetito de Trojan. Yo le había dicho que mejor de sabores, y al parecer no entendió, me fijé bien y lo que estaban escogiendo las señoras eran bloqueadores con brillos para niños, o botecitos de gel o jabón líquido. Agarré los condones e Ytzi los pagó. Luego en el carro me volvió a besar y condujo condujo condujo hasta llegar a la parte fea de la ciudad: la Alianza. Yo le pregunté: "Pero, Ytzi,¿a dónde vamos?" Me contestó que a un hotel, que le habían dicho que los de por ahí estaban más baratos. "Pero... yo no merezco esto, Ytzi". No me acuerdo muy bien de la cara que hizo, pero parece que arruiné un poco sus planes. Nos regresamos por donde mismo.
Ahora una interrupción por flashback que nada (o no superficialmente) tiene que ver con lo de arriba. Estoy segura que era la colonia Independencia, yo estaba tomando clase en un salón que parecía de los salones chicos de Filo. Era gris, las bancas cafés. Alguien me estaba observando o tomando una foto y yo volteo. Me estoy viendo a mí misma.

lunes, 25 de abril de 2011

Hoy recordé

Ése que era como la colina del Zelda Majora's Mask. En el atardecer. Incluso puede que hubiera un castillo... había pajes y corríamos y rodábamos por el zacate. Y princesas verdes. Regresábamos casi creo que tomados de la mano y cantando algún himno medieval para alejar el miedo al bosque. Incluso podía sentir el aire, ese que movía parejamente el pasto.

jueves, 21 de abril de 2011

Ayer

Mi trabajo, lo olvidé pero era algo de eso.

martes, 19 de abril de 2011

No me acuerdo qué

pero sí que contigo y otras dos personas más.

sábado, 9 de abril de 2011

Me cambiaba de casa

Había un espacio para mí y me convenía porque estaba seguro. Era como un departamento y vivían, no sé si una familia o un chavo y una tal Cris. La "reconocí" como amiga de Osvaldo, mujer caguamera. Yo subía y bajaba mientras que Cris me observaba con su sonrisa beoda. Le dije "Cris, mujer, invítame un trago, soy amiga de Osvaldo también".
Y dijo "Ah, sí sí".

la cabaña o el rancho de la Paz

Íbamos todos los nuevos y amigos en un carro por las calles de la Durangueña. Eran como en del cerro de las Noas por atrás a medio día donde subías y había mucha gente, pero al mismo tiempo abajo era de noche. La Durangueña tenía un leve parecido a Guanajuato.
Parábamos, como en el de el edificio de Mazatlán y de pan, a la orilla del cerro o de la Durangueña. Había una casa en construcción en el rancho de la Paz. Luego ya no estaba nadie más que José y yo. Yo trataba de limpiar un poquito, pero estaba nerviosa porque había ahí una cama y una casa sola con una pareja y una cama conducen casi siempre a lo inevitable.
Y creo que él me dijo telepáticamente: "vamos" y yo le dije "espérame".
La casa tenía cuadrados grandes de vacío en las paredes grises y fuertes de concreto, no había cortinas, las paredes no estaban pintadas, en el suelo había basura de carbón y botellas de caguamas. Yo iba al patio a lavar unas playeras blancas. Luego venían por mí, creo que eran mis primas de Estados Unidos. Agarré la pila de playeras blancas, eran como 6 o 7 de las grandes. Ya estaban secas y dobladas y también tenían dibujos.

jueves, 7 de abril de 2011

familia, Poltergeist, compañeras

Estaba con mi familia en unas vacaciones en España. O en Monterrey de noche. Había unas vaporeras gigantescas con comida, casi como en el de la panadería de noche y la quinceañera rara. Y luego un baile de disfraces, la verdad no recuerdo muy bien. Pero de que estaban ahí mi mamá, mi hermano y mi papá, estaban.
Luego me encontraba súbitamente durmiendo en la habitación, ordenada tal y como está ahora. Pero tenía miedo porque creía que los muebles habían sido movidos por un fantasma. Que mi habitación estaba poseída por el espíritu del fenómeno Poltergeist. Rezaba con miedo. Después, fui despertada por el ruido de la regadera. Angie se estaba bañando y cuando salió, seguía Martha y le decía que me diera chance, que ya eran las 9 y a esa hora entraba, pero ella hacía la cara como de que no me iba a dejar. Las maldije en mi interior. Me acordé que no, que entraba a trabajar a las 8, peor aún. Sonaba mi celular, era mi jefe. Me arreglaba furiosamente, y cuando iba a recoger algo al primer cuarto de los de atrás de la casa de mi abuelita, estaban Valdemar y una que supuestamente era su novia, teniendo relaciones de pie junto a la pared. No sé si habrán visto que los vi, pero me pasó por la mente quedarme a ver qué pasaba. Recordé que se me hacía tarde y salí corriendo, toda gordita como soy, por el pasillo.

jueves, 31 de marzo de 2011

Mi respuesta fue genial y contundente, coherente con lo que pienso

Estaba en la casa de Diana, ella estaba embarazada y era su cumpleaños. Había amigas de ella y de su esposo. Él se iba detrás de una de las amigas y dejaba a Diana sola. Yo decía: ¿cómo es posible, si ella es su esposa y está embarazada? ¿¡y es su cumpleaños!?
También estaba la abuelita. Le decíamos que no se preocupara. Luego yo me iba. Tenía que esperar el camión en un parque y ahí había muchas chavas y chavos del equipo de fútbol, aunque ya era de noche, como que el camión los tiró ahí. La que tenía cara de señora y estaba tan flaquita y chaparrita, me pedía que le aventara el balón. Yo le contesté que no tenía ganas, me sentía mal. Me volvió a insistir y yo le dije que no. Vino el camión.
Luego ya estaba en mi clase de medicina. Tenía que coser una especie de tripa con un corte en L. La aguja era curva y el hilo negro. El maestro era un negro, estaba hablando cuando dije "Dios, apesto tanto que mi novio me echará en cuanto llegue" (así de literario fue). Un compañero que era Jonathan decía "¿novio? ¿cuál novio?" y yo le contestaba "Facebook no tiene por qué saberlo todo"

miércoles, 30 de marzo de 2011

Diciendo y....

Había un concierto en un edificio que ya había visto antes donde se había realizado una electro-fiesta elegantísima. Con alberca interior, DJ, balcones, martinis. Pero esta vez se trataba de un grupo pop. Algo como Nsync o no sé, un grupo de esos. Tomaba fotos del auditorio que había en medio del edificio. En las bancas había poquita gente. Una de las fotos que tomé me gustó mucho. Creo que la subí a facebook. Conocí un grupo de muchachos que eran fans e iban a realizar un evento al día siguiente, entonces me junté con ellos.
Y yo le hablaba a uno de los muchachos, había algo de gente dispersa en la plaza, nos íbamos a juntar con los demás y ¿adivina a quién me topé? A Manuel y a Arturo. Manuel estaba recargado en un pilar de cemento. Los saludé de beso, cosa que hace mucho mucho tiempo no hacía. Luego me iba. No sabes cómo me sorprendí, apenas diciendo que ya no había, contigo y...

Con Benshorts

Estábamos tirados en la nieve. Había una o dos personas, chicas, y yo que estaba recargada en el avión. A unos 80 centímetros de mí estaba Héctor de la Hoya en posición de flor de loto. La escena parecía sacada de Sobrevivientes de los Andes. Yo estaba casi acostada, aburrida, volteaba con Héctor y le decía: Beeeenshorts. Y él empezaba con sus tonterías. Y terminaba con eso de que manitas arriba, favoritos y todo lo que a ustedes hacen auuuu.
Luego había una toma de primer plano, acercamiento lento, a un centro comercial de Japón. Ahí afuera habia japoneses heridos. El edificio se veía raro, como que se iba a caer.

Ay, amor. Al menos ya no, contigo.

viernes, 25 de marzo de 2011

Pasaba en la escuela de música o de enfermería o de medicina

Teníamos que hacer una línea gigantesca. Yo tenía mi mochila con la lap y otras cosas y debíamos declararlas para que nos dieran un bono o algo así. También había jardines preciosos, pero el lugar donde estábamos era como un hospital o una escuela de algo. Había cuatro mesas, o tres, y en una de ellas estaba mi tía rosa. La fila era muy larga, y yo ya había llegado a la mesa y empezaba a mostrar mis cosas para obtener el dichoso bono, cuando hubo una emergencia, no me preguntes cuál y salí corriendo dejando todo ahí. Cuando regresé no había nadie. Fui a una especie de El Consejo, a ver si habían puesto por caridad de Dios ahí mis cosas en las cosas perdidas, pero sólo estaba la lap. Ah!, la lap!. Tenía un mensaje que decía: "creemos que al menos esto es algo de valor, firma los cochinitos de pan, o jehú y demás amigos delgaditos". Ok. Fui de salón en salón, gigantísimos, a buscar las libretas y las otras cosas y encontré en un pequeño auditorio bastante bien iluminado una clase de música. Parecía uno de esos salones de las universidades de Estados Unidos donde dan cátedra. Y había un maestro, yo abría la boca y sacaba sonidos, y él me señalaba una mesa con una tabla abajo donde se habían juntado las cosas perdidas. Toda eran mías y estaban dispersas.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Están locos

Había una Soriana. Puras ofertas de un peso, dos pesos, tres pesos. Yo decía "pues, sale lo mismo, te venden una naranja a 50 centavos y el kilo cuesta a 5 pesos, es lo mismo". Me iba a mi casa, que parecía una combinación de, en realidad no puedo decir qué casa, pero supongo que parte es donde estoy viviendo y donde había vivido unos meses antes. Pero a la inversa, ya sabes, reflejándose en un espejo.
Mi papá estaba dando tumbos en la cocina. David parecía ebrio en un sillón. Mi mamá le decía algo a mi papá, algo así como "pues síguele, con tus borracheras". Ahí fue cuando me cayó el veinte de que no estaban borrachos, estaban MAL. En el sentido que: o tenían el demonio adentro, o habían perdido la razón. Mi papá empezaba a tirar cosas y a hablar como un retrasado mental. Para distraerlo, yo aventaba mi sudadera gris, la mediana, a un adorno de metal, como esos que hay arriba de las rejas.
- Papá, pásamelo.
Y no respondía. Quité mi sudadera de ahí. Con calma, decidí que debíamos de hacer algo.
- Papá, vamos a una fiesta. Vamos con mi tío fer a su fiesta.
Él empezaba a caminar, mi mamá metió a David en una van como la de la maestra Lucy y los sentamos atrás.
Los íbamos a llevar con un médico o un sacerdote. No me acuerdo quién manejaba, si mi mamá o yo.

lunes, 21 de marzo de 2011

Pelo

Mi tía Chela me estaba viendo. No sé si Karla o Karina también estaban ahí. Yo les decía que iba tener el pelo muy muy largo. Hasta las pompis. No sé si esto se los decía a través de un vidrio, moviendo los labios. O normalmente.

miércoles, 16 de marzo de 2011

¿Por qué con Escobedo, qué significa?

Que iba con Escobedo y Liz a una playa. Estábamos en la habitación de hotel y teníamos supuestamente sólo uno o dos días. No sé qué me pasaba a mí que gasté todo el día ahí descansando o dormida y en alistarme tardé casi tres o cuatro horas, una pérdida de tiempo fatal. Cuando Liz y Escobedo estuvieron ahí para salir conmigo yo les decía que tenía nada más 50 pesos, que si con eso completaba. Comencé a buscar mi tarjeta pero no estaba. Luego había alguien parecido a Scarlett y otra chica con las que platicaban mientras que yo buscaba y buscaba. Ellas estaban en un pasillo como el que conduce al baño todas llenas de luz, mientras acá parecía habitación de hotel de los 60's mal iluminada.
Al fin la encontré y me dijo Liz que no era uno o dos días, eran siete o más. La arena que había en el viento se adhería con la brisa pegajosa. No sé si al final afirmé que no aguantaría (económicamente) tanto tiempo, pero esa impresión me dio.

sábado, 12 de marzo de 2011

Ah, cómo serás...

David iba manejando un mustang gt negro. Yo iba en el asiento de a lado. Nos metíamos a la Sisal. Luego él se bajaba. Había otra chica, creo que era Aby, y yo le presumía el mustang. Luego se activó el control remoto y el carro solo me llevó a la Vaquería.
Licelisucha dice:
y luego que ibas a asaltar una casa con un cuernito de chivo
y era la casa de zarely
jajaja
David Gaytán dice:
ahahah ke peeedo con eso
noo elisa ):
Licelisucha dice:
deja tú, me estabas enseñando lo que les quitaste y te decía, pues mejor vete porque va a caer la poli y en eso viene una patrulla, o.0
David Gaytán dice:
y luego?
Licelisucha dice:
yo le decía a mi jefa que pusiera en una bolsa todas las cosas de valor de nosotros y que yo me iba a ir con la bolsa diciendo que tenía cita con el doctor pero que ellos se podían quedar registrando la casa
y ya
me desperté

miércoles, 9 de marzo de 2011

Links

Todo esto tenía que ver con el concierto de Rammstein. Luego, no sé cómo, Manuel nos llevó a Escobedo y a mí a la escuela. Creo que en su coche. La verdad no estoy segura, pero aparecimos ahí, en pleno estado de sitio y a media noche, llenando solicitudes. Las rosas eran muy difíciles, me equivoqué en la quinta página. Manuel tiró su solicitud rosa en un bote de basura y de repente ya era un bosque. No le hice caso a Escobedo. Era el bosque. Luego me fui, tal vez con mi memoria como medio de transporte, a la azotea de la casa de mi abuelita. Todavía era de noche, pero parecía que estaba amaneciendo.