viernes, 24 de agosto de 2012

Tortugas

Estaba limpiando el cuarto de mi hermano y había ahí dos tortugas. Pensé que estaban muertas y las eché a la basura pero una de ellas abrió la boca. Entonces las lavé y eran tres. Las eché junto con las otras y juntas fueron como cinco. También me encontré un pez, pero el pez era más difícil. Lo eché en el agua y su cabecita saltó hacia la mesa. Su colita estaba dividida también. Cuando lo eché a la pecera con las tortugas se unió por completo. Una de las tortugas tenía mucha hambre. Vi cómo comía. Moví la comida para que comieran más.

jueves, 23 de agosto de 2012

oh...

Los de la 18 me invitaban al cine. (Nos amontonamos todos en el vocho).  Al final solo eran papá y mamá que habían rentado una habitación. Para entrar al cine dimos una vuelta en caracol, en el vocho, yo manejé. Papá dormía.
En otro momento, en el Museo de Historia estaba un concierto de Keane, a cinco pesos. Estaba mi reciente amigo Liv. Lo abracé. Alguien dijo "Ni siquiera cinco pesos quieren pagar, pinche gente, me cae".
En un momento anterior, yo tenía una especie de examen. Venía mi antiguo jefe y le supliqué que no viera mi desorden. Tenía los ojos rojos de tanto leer. El ventilador se atoraba con la puerta. Yo me iba y él se quedaba.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Regi era una bruja que me daba miedo

Aún así estaba ahí en la fiesta, había otras tres personas. Toño y Tala. Y alguien. Pero Regi era una bruja, yo sé que no le caigo  muy bien y eso es lo que hacía que me diera miedo. Se reía ella y tenía un comportamiento altanero. Yo la toleré. En la casa también estaba Sócrates, papá o Charles Bukowski. Con su novia. Bukowski fumaba un puro y me decía que si quería, yo le dije que no, pero inhalé el humo que él sacó. Había un campesino eléctrico que cambió los enchufes de la puerta de enfrente. Yo le agradecí, mi papá preguntó si podía ayudarle en algo (porque en ese entonces mi papá era agente literario o algo así). El campesino eléctrico mayordomo dijo que quería preservar la obra de su padre, por eso estaba ahí. También estaban las estrellas, el vacío del segundo piso, lo oscuro del baño del rancho La Paz. Yo me acomodaba para dormir lo más lejos posible de Regi. Creo que les daba ternura.

martes, 21 de agosto de 2012

Las cosas son como son y no como deberían de ser

Yo tenía secretamente la admiración de él. Iba él con otra persona, persona uno o persona dos. Estábamos en un café. Yo sé que él quería ir conmigo. A mí nunca me ha interesado una relación romántica, jamás lo pensé así. Solo deseé su admiración  y pum ya la tenía. También había pepino azul cortado en trozos. Les pregunté qué era y me dijeron que era de Madero. Quise un vaso, guardarle al papá. La mamá estaba en la sala con la esposa de C. Había una mesa baja y ella, la esposa, me había escrito un inbox hacía mil años. No se lo contesté. 

sábado, 18 de agosto de 2012

Centro comercial

La cajera nos daba señas de que iba a pasar los bisteces sin marcar. Mi mamá no comprendió. La cajera se fue y nos dejó ahí para que nos autocobráramos. Le dije a mi mamá que agarraramos ya los bisteces y nos fuéramos. La policía nos agarró a nosotros. Nos dieron pláticas de cómo comportarnos civilizadamente. Estaba en plena consciencia enojada con mi mamá. Me fui por atrás según yo al baño y era una calle parecida a Garza Sada, estaba buscando la heladería Sultana. Había una Bips. Ahí venden el de Stracciatella. Había una Holanda. Y otra Bips. Yo quería el de Stracciatella, pero no quería pronunciarlo. Le decía al muchacho que me atendía: quiero uno de crema con chocolate, no, los de chocolate no. Y él decía: Tenemos este de Stracciatella. Dije que sí quería ése.
En otro momento estábamos en la sala de Lauris. Según yo era la casa de B. Estaba que me iba y que me quedaba. Había más personas. Llegó la mamá de B. Me daba pena, no sé por qué. Luego me iba con tres mujéres jóvenes y cristianas. Una de ellas decía que yo no hablaba como las de esa religión, sino que mi lenguaje pertenecía más bien al lenguaje virtual de fin de siglo. O sea, que carecía de ese toque místico que ellas tenían. Me sentía un poco incómoda. Me dejaban en el hospital. Creo que de ahí le hablé a mi papá, solo que no sabía el número de hospital que era, porque había otro enfrente. No quería preguntar. Preguntar significaba que yo era foránea, me podían mentir. Tenía el celular en la oreja sin saber qué decir.