viernes, 10 de junio de 2011
Fayuca
Una colonia en un cerro. La fayuca estaba ladeada por culpa de la calle descendente. O ascendente. Paseábamos Ale, tú y yo. Todavía no te conocía y ya te había soñado. Ponías una mano sobre mi hombro. Tus lentes de sol. Tu pelo. Bajamos y había otra calle especial. Dos casas. En una vendían cosas como antigüedades chinas o japonesas, estaban sucias. En la otra había un comedor, como un restaurante pero era un comedor, liderado por un anciano. En la primera había una señora. Estoy confundiendo todo. Lo del campanario con el pozote en la tierra y la aventura de saltarlo, la fiesta en la cochera con aquellos pajaritos, las salchichas y esa luz del casi amanece pero nunca lo hará porque es de noche. Estoy confundiéndolo todo.
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