viernes, 29 de julio de 2011

Loco

Me metí a un desfile de gitanos y de cirqueros que iban caminando por Cuahutémoc en un día nublado. No sé que tan mariwas andaba que acabé debajo de la Macro y debajo del Edificio de los Médicos, desde el cual estaba Toño devisando todo el panorama. Dejé a los elefantes y a los payasos y acróbatas seguir su curso, con todo el ruidazo. Y ahí estaba hablando con Toño. ¿Por qué? No sé, pero, juntos vimos una fuente extraña y ahí estabas tú con tu pelo enmarañado hablando con alguien, tú con tus mismos ademanes de niño chiflado. Hubiera corrido a abrazarte, pero no te saludé siquiera.

miércoles, 13 de julio de 2011

En el baldío

Estaban torturando a dos hombres amordazados. Era un baldío al que se podía acceder por varias calles y ninguno de los vecinos parecía notar nada extraño. Vi dedos, pedazos de extremidades en putrefacción. A dos cuadras yo señalé uno de los tugurios fraudulentos. Era una pequeña cantinita y nos podían ver desde ahí. Había un letrero en el tercer piso, era borroso. Estaban Manuelillo, Elee y era el Hipermarth de noche. Fue tan extraño. Era esa nostalgia de vivir sólo una vez ciertos momentos hermosos.

En la casa de Toño

Iba a la casa de Toño, aunque la fiesta estaba arriba yo me quedé a dormir en una habitación en el segundo piso, estaba más grande que la de él, cabían dos camas matrimoniales y a la vez era una individual. Hay dos episodios, en el primero me encuentro a You-Know-Who, que también fue a la fiesta, se quiere dormir justo donde yo me acosté para no subir con la comitiva y roza levemente mi glúteo: yo armo un escándalo. Ahora, imagínate unos 40 minutos de reflexiones sobre el tema. Se traslapa con el episodio donde le robo a Monse su abanico negro y lo desmadro. Aparece Lali y me dice: no importa, Elisa, puedes componerlo con un alambre, mira, así: y me pasa un alambre dorado, pero el abanico queda horrible. Por la habitación de Toño pasa una viejita, esa escena me recuerda a la librería Iztacíhuatl.

Constantine

El mundo se estaba vaciando, teníamos que luchar contra Zombies, encontrar un libro que debíamos llevar a algún lugar. En algún punto, nos encerramos y Constantine nos salvó. Karina estaba en una casa extraña, creo que el niño también, ¿había uniformes de soldados? Los zombies eran geniales.