jueves, 14 de enero de 2010

escuela pública

era como una secundaria, todos habíamos salido de clases y estábamos dispersos en el patio. Arturo estaba en los escalones y yo bajaba la escalera viéndolo para ver si él me observaba. Agité mis brazos, me carcajeé.
Fui a platicar con la chiquitilla sobre cosas intrascendentes. Regresé y no me veía. Me rendí.
Cuando llegué otra vez al edificio, entré por una pequeña puerta lateral, había alguien en las escaleras y lo único que pude pensar fue: este es un buen lugar para besarse.
Salí. Ahí estaba Arturo ignorándome. Decidí explorar los baños. Estaban junto a unas calderas, había mucho humo y chicos y chicas entraban como si nada.