jueves, 11 de agosto de 2011
Pie
Estaba roto. Era el derecho. Se había quebrado a lo largo, luego a lo ancho. No importa, lo tenía molido. No supe cómo había pasado, sólo que ya lo tenía así, y me dolía. Intenté llorar. Intenté caminar y lo arrastré y me asusté porque me había movido, cuando te quebras un hueso no te mueves y yo caminé. Vi que no era verdad después de todo, mis dedos con ritmo allá abajo, los cinco, parecían felices.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario