Papá, mamá, hermano y yo entramos a un parque de diversiones. Era como un día de campo organizado para diez familias y en todas las mesas, que eran 10, había cazuelas con guisos y tortillas. Yo les decía que se apuraran, que había bastantes cosas qué probar. Alcanzamos milagrosamente en una mesa algunos guisos, había primero cuatro niños, después nada más eran tres. No sé cómo nos acomodamos, pero cupimos los cuatro y los niños en una mesa cuadrada. Las cazuelas eran cuatro también, o tres. Al final sólo quedaba una de asado. Yo le decía al niño que todavía quedaba para un taquito y se lo hacía. La tortilla se despedazaba, entonces le ponía otra tortilla un poco más doradita y el niño me decía que no quería.
Terminando de comer, ya todos se habían ido. Creo que los niños iban detrás de nosotros o no, no me acuerdo bien. Pero enfrente estaba todo vacío, puros botes de plástico vacíos y yo quería recogerlos todos.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario