Me habían dado el día libre y yo escogía ir a una especie de mall, parecido a Plaza la Silla. Ahí, me encontraba a mi tío L, enfrente de una tienda de vestidos de noche. Me abrazaba casi como José M. Atrás, estaba mi jefe hablando de los proyectos, pero lo hacía de una forma incoherente, cada vez más débil. Mi tío L, me abrazaba y me llevaba lejos, la vista era como una ventana gigantesca, más bien una pared de vidrio que daba hacia el jardín de un hospital.
En otro momento, estaba yo en la segunda habitación de la casa de mi abuela, la de dos camas, ahí estaba mi hermano dormido. Yo estaba tan linda como cuando me paseaba en el mall, minifalda y nylon en las piernas. Estaba en la cama, que era de repente como la que yo tenía a los 10, con la luz de las 5 de la tarde. Luego mi amigo Toño me echaba mano, yo gritaba "¡Nooooo!, ¡pero si tú eres mi amigo!"
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